Aún con mis mejores planes, hay tiempos en que la comida todavía nos llama. ¿Entonces qué? Uno de los más grandes beneficios de trabajar este programa, es que por este día, se nos ha concedido la habilidad de escoger ya no comer en exceso. Nuestras mentes adictas nos dicen que teníamos que comer, así que comíamos. Una cosa que recuerdo cuando sentía el deseo de comer; es más fácil estar abstinente que tratar de obtener la abstinencia. Una vez que empezamos a abstenernos de comer en exceso, el comer sanamente se convierte en un hábito como por inercia en sí. Después que pasa el período de desintoxicación, nos sentimos mejor sobre nosotros mismos y sobre lo que vamos a comer. Pero tratar de empezar no es fácil. Si usted regresa a comer en exceso hoy, nunca va saber cuánto tiempo le tomará comer sanamente otra vez.
Como dijo una persona en una reunión, “Sé que tengo otro arranque más con la comida, pero no sé si voy a tener otra recuperación.” Hoy, sé que comer en exceso no es una opción. Sin importar lo difícil que se vuelve la vida, me doy cuenta que no hay problema que tenga que si me lleno hasta el cerebro sea de ayuda. Al trabajar todos los Instrumentos y Pasos del programa, la compulsión de comer en exceso desaparece, en la mayor parte. Al aceptar mi desorden de comer, haciendo lo mejor que puedo para lidiar con los daño emocionales que esto causa, y trabajando con otros que tienen mi enfermedad me han traído a un punto donde ya no tengo ansias por comida en exceso. Estos deseos intensos de llenarme con comida chatarra desaparecieron hace mucho tiempo. Hoy lo considero un día malo si empiezo a contar las horas hasta mi próximo alimento.