Mi niñez muy feliz hasta mis 10 años a pesar de las carencias que se tenían, en plena adolescencia con 17 años ya era yo profesionista, demostré ser muy valiente porque abandoné mi ciudad y me fui a una comunidad lejana. A mi cargo estaban alrededor de 200 personas entre niños y adultos.
A los 20 años contraje matrimonio y allí comenzó mi calvario pues apenas había pasado una semana de matrimonio, cuando a mi marido le reclamó una exnovia que porque se había casado conmigo si andaba con ella. Esto desencadenó mi compulsión por la comida.
Con mi poca estatura de 4.92 pies llegué a pesar 185 libras y mi peso iba en aumento, mi vida careció de sentido sólo pensaba en morir a pesar de que Dios me había regalado muchas bendiciones sin embargo no era feliz, pero un buen día alguien me habló de Comedores Compulsivos y me di la oportunidad de asistir recobrando así muchos aspectos de mi vida que yo creí perdidos. Por gracia de Dios en seis meses perdí mi sobrepeso por cuatro años estuve en mantenimiento. He tenido recaídas y la última muy fuerte, después de haber abandonado mi programa regresé con un sobrepeso mayor.
Toqué fondo y regresé con toda la actitud. Llevo 2 años y 11 meses de regreso en el programa y he tirado ya 18 kilos, aprendí que sola yo no puedo pero hay un Dios amoroso en el que yo creo y que me ha devuelto la cordura y que a pesar de estar por 15 años viviendo sola. Dios me ha dado la fortaleza y he encontrado la felicidad que tanto anhelaba.